El abonado del olivo es una parte imprescindible del proceso de la cosecha de la aceituna. Pero hay que recordar siempre que es un factor añadido a todo lo que hay que tener en cuenta para que los árboles crezcan correctamente.
Por ejemplo, sin una buena poda, unos correctos cuidados del olivo, un tratamiento adecuado de las enfermedades del olivar y de otras plagas, el abono no supondrá ninguna solución. En este sentido, la poda, por ejemplo, el correcto mantenimiento de la cubierta vegetal o el estado del suelo son igual de importantes que los sulfatos. Solo con una finca en correctas condiciones merece la pena invertir en el abonado.
Tipos de abono para el olivo, ¿qué abono usar para que tus olivos produzcan más?
Cada olivar es muy diferente, según el suelo, el clima, el agua… y el abono recomendado dependerá siempre de las características de la finca. Hasta hace unos años, estaba establecido que hacían falta entre 15 y 20kg de nitrógeno por tonelada de aceitunas, entre 4 y 5kg de óxido de fósforo y de 20 a 25kg de óxido de potasio.
Sin embargo, tras los estudios de Ricardo Fernández Escobar, catedrático de la Universidad de Córdoba, se ha comprobado que realmente las cantidades deben ser menores y, sobre todo, estar siempre supeditadas a las condiciones del olivar. Es decir, antes de empezar a abonar, hay que hacer un plan de abonado en base a las características de la finca, fijándose más en el estado de los árboles y de la cosecha que en los resultados del año anterior. Solo de esta manera se podrá conseguir unos resultados adecuados que cubran las necesidades nutricionales del olivar.
El análisis foliar para abonar
Para ello, es imprescindible llevar a cabo un análisis foliar, que mostrará no solo las necesidades de los árboles sino índices de toxicidad y otros problemas potenciales. Para ello, después de establecer la parcela que se va a muestrear, se deben recoger hojas sanas al azar de toda la zona de los árboles. Normalmente, este análisis se hace en julio, aunque también se puede llevar a cabo en cualquier momento del año, si es necesario.
Los resultados de este análisis serán de gran ayuda para decidir cuánto y cómo abonar el olivar.
Formas de abonar el olivo: ¿abonado foliar o de suelo?
Hay varias maneras de abonar un olivo, pero, sin duda, con estos árboles funciona muy bien vía foliar por las características de sus hojas. Además, al abonar de esta forma garantizamos que la planta absorberá mejor los nutrientes. Si se aplica el abono en el suelo, este se puede perder por las condiciones del terreno y del propio clima. Por ejemplo, la llegada de lluvias torrenciales de manera repentina podría poner en riesgo toda la operación de abonado de suelo, con la consiguiente pérdida económica, además de la potencial contaminación de los acuíferos.
Riesgos de sobre-fertilizado
Durante todo este proceso, es necesario tener en cuenta que existe el peligro de fertilizar demasiado a tu olivar. Si es el caso, los árboles crecerán demasiado rápido y poco fuertes, haciéndolos especialmente vulnerables a las plagas del olivo u otras enfermedades.
Abonado del olivo: calendario
¿Cuándo abonar los olivos? El abonado del olivo suele hacerse en otoño y en primavera, por las características del cultivo y en base a qué se quiera conseguir. Por ejemplo, la fertilización en primavera está destinada a hacer frente a las pérdidas de nitrógeno en el momento en el que el árbol más lo va a aprovechar: la floración y el cuajo.
El abonado en otoño, en cambio, se enfoca más a mejorar el rendimiento de la cosecha que está en marcha y reforzar las reservas de nutrientes de cara al invierno. Abonar durante este periodo está tomando especial relevancia en los últimos años, sobre todo con el impacto del cambio climático.