El otoño en los campos es sinónimo de la cosecha de la aceituna. Empieza el duro trabajo del verdeo, el momento de recogida de las aceitunas para luego ser preparadas como aceitunas de mesa. Pero, antes de llegar a este punto, los campos de olivos requieren una preparación previa que empieza justo cuando termina la cosecha anterior.
Los olivos son árboles bastante resistentes que no requieren grandes cantidades de agua, pero necesitan de muchos otros cuidados. A continuación, te contamos cuáles son los pasos que se deben llevar a cabo en un olivar, desde que se cosecha la aceituna hasta la temporada siguiente.
Podar los árboles
Podar el olivar es un paso fundamental en la preparación del campo para la cosecha de la aceituna. Al hacerlo, se despejan los árboles para que la energía y los nutrientes del olivo se concentren en los frutos. Así, se logran mejores frutos, más abundantes de mayor tamaño.
En general, la poda de los árboles se lleva a cabo en diciembre, cuando la actividad de los olivos se reduce. Esto permitirá que los nutrientes se concentren en los frutos de cara a la primavera siguiente. Además, en invierno, con la bajada de las temperaturas, se suele reducir mucho el riesgo de enfermedades del olivo, así que es un buen momento para la poda sin la preocupación de que se produzcan posibles infecciones en los cortes.
Limpiar el suelo
Después de la poda de los árboles se lleva a cabo la limpieza del suelo, aprovechando para retirar los restos de ramas que hayan podido caer junto con las malas hierbas y otra vegetación no deseada.
Este control es fundamental tanto para el buen crecimiento, como para la prevención de posibles plagas de los olivos. Las malas hierbas absorben nutrientes del sustrato que podría aprovechar el árbol y, además, un descontrol podría generar un aumento de microorganismos en el terreno que pueden terminar afectando al olivar.
Abonar el sustrato
Cuando el suelo está libre de malas hierbas y otros organismos potencialmente perjudiciales para los árboles, es el momento del abono del olivar. En general, es conveniente que el fertilizante contenga nitrógeno, fósforo, potasio, hierro, cinc y cobre, aunque dependerá de las necesidades del terreno.
Sin duda, cada suelo es diferente y cada olivar requiere un abono específico en base a la localización, la meteorología, el tipo de sedimento, la cantidad de árboles plantados, los años que se lleva utilizando el terreno, cómo ha sido la última cosecha etc. Este paso es fundamental en la preparación para la cosecha de la aceituna, porque permitirá que los árboles crezcan más fuertes y sanos, generando mejores frutos.
Tratamientos fitosanitarios
La culminación del proceso del cuidado del campo son los tratamientos fitosanitarios del olivar. Este paso hará a los árboles más resistentes, protegiéndolos de posibles plagas y enfermedades. La aplicación de estos tratamientos se debe hacer por parte de especialistas que tengan licencia y formación para manejar estos productos potencialmente peligrosos.
Hay dos tipos de tratamientos fitosanitarios que es imprescindible que se lleven a cabo en todo olivar:
- El tratamiento preparatorio, o tratamiento de inicio. Se lleva a cabo entre marzo y abril, dependiendo de la localización, para asegurar una buena floración durante la primavera. Se utilizan productos ricos en cobre combinados con abonos que contengan nitrógeno.
- El tratamiento contra el Prays, o polilla del olivo. Esta plaga está tan extendida y puede ser tan dañina que el tratamiento para prevenirla es también obligatorio. Se lleva a cabo cuando el árbol tiene al menos un 20% de floración, en torno al mes de mayo.
Junto con estos dos tratamientos básicos, se pueden llevar a cabo otros más específicos dependiendo de las necesidades del olivar o el uso que se le vaya a dar a la aceituna. Por ejemplo, si el fruto se va a dedicar a la producción de aceite de oliva, conviene hacer un tratamiento contra el repilo en otoño, una de las enfermedades del olivar más complejas por su dificultad para prevenirla.